martes, 17 de febrero de 2009

Mi respeto a un periodista

Mi respeto a un periodista

“Persigue a los hombres de mérito, odia a todo superior, degrada y condena a destierro o muerte a los más ilustres, mientras colma de honores a los que extrae de la nada...” Enseña la historia que Sócrates, de muy humilde cuna, se inició sirviendo con honor a su Patria con las armas. Dedicado después al estudio, se dijo que había hecho bajar a la filosofía desde el cielo a la ciudad, pues no se entregó a especulaciones abstractas, inútiles a la moral. No abrió escuela ni escribió su doctrina: en las plazas, en los talleres de los artesanos, principiaba por interrogar a los que se iban poniendo a su alrededor, y discurriendo sobre los objetos más simples y las ideas más sencillas, los guiaba paso a paso al descubrimiento de la verdad, soliendo repetir que semejante a su madre, partera, nada creaba, pero sí ayudaba a otros a producir.
Cuando hablaba del valor decía que no sólo un hombre es valiente en todo lo relativo a la guerra, sino también en los peligros del mar, en las enfermedades, en la pobreza y en el manejo de los negocios públicos; y lo mismo un hombre es valiente en medio de sus disgustos, las tristezas, los temores, los deseos y los placeres, cuando sabe combatir sus pasiones, sea resistiéndolas a pie firme, sea huyendo de ellas, porque el valor se extiende a todas estas cosas. A pesar de las virtudes de que se hallaba dotado, tal vez hubiera vivido tan solo en la grata memoria de sus discípulos, si la persecución no le hubiese alcanzado y conducido a un fin cual era el de un sabio que moría por sostener su opinión. (Foro de Cuyo)
Es que no resulta poco común mirar con malos ojos al que se eleva, y los atenienses, no distintos de los modernos, odiaban toda superioridad, hasta el punto de castigarla con el destierro. En tal sentido, del pueblo ateniense decía Jenofonte, con palabras que conservan vigencia respecto de otros muy modernos: “Persigue a los hombres de mérito, odia a todo superior, degrada y condena a destierro o muerte a los más ilustres, mientras colma de honores a los que extrae de la nada …”.
El periodista Nelson Castro ya no se podrá reencontrar con sus oyentes en el programa Puntos de vista. Las nuevas autoridades de Radio del Plata, afines al gobierno nacional, lo dejaron sin micrófono. Se le manifestó que sus críticas hacia el Gobierno no eran bienvenidas. Vaya con esta nota como una deferencia al Dr. Nelson Castro y a todos aquellos periodistas de opinión firme y franqueza manifestada, que desdeñan los juicios débiles, en los cuales con demasiada frecuencia se ahogan las convicciones, y que concurren con inteligencia y caridad al auténtico y pleno mejoramiento de sus hermanos los hombres.

Aníbal Hardy
hardyani@arnet.com.ar

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